domingo, septiembre 24, 2006

Sustancia

Silencio

Te sé en silencio, mi pequeña dama,
sé tus misterios cual te sabe aquel
que vive en tus pupilas. Es tu fiel
respiración la causa que inflama

mi posibilidad. Mi ser te llama,
y no hablo como tú que tienes miel
en las palabras. Yo parezco hiel,
aunque ostento un silencio que reclama.

Callarás y daré el territorio aliado
de mi juicio; y a tu voz podré esperarla.
Y no sabrá tu ser enamorado

qué tiene más valor en nuestra charla:
si tu voz noble cuando grita “amado”
o mi propio silencio al escucharla.