(Cristian Olivera | Para diario Tribuna | 11/04/2014) - Hace no mucho que
el Gobierno afirmaba que la inseguridad era una sensación, y la sociedad
comenzaba a prestarse a una discusión y a un enfrentamiento por dos formas de
ver la realidad completamente diferentes. Hoy el Gobierno provincial declara
emergencia en seguridad y al mismo tiempo se impulsa desde el Gobierno
nacional, una reforma en el código penal, que al parecer flexibilizaría las
penas. Nuevamente se encuentran dos versiones antagónicas de la realidad. ¿Por
qué no utilizar la energía en resolver en vez de confrontar?
La semana pasada el Dr. Julio Torrada en una reunión organizada por
Vecinos Madariaguenses expuso de manera muy inteligente su visión sobre la
reforma. Datos que se desprenden de la charla son alarmantes, según él, la
reforma prevé bajas en las penas y flexibilización para varios delitos, entre
ellos: secuestradores, narcotraficantes, contrabandistas y la baja la pena de
10 a 3 años para la asociación ilícita; la reforma también propondría eliminar
la reincidencia, que actualmente se tiene en cuenta como agravante, así se
aplicaría la ley penal más benigna, por la cual se juzgaría teniendo en cuenta
el delito menor. Aplicando este punto y según su teoría, 17.000 presidiarios
quedarían en libertad. Por último aseguró que la reforma no sería garantista
sino abolicionista, dado que plantea abolir las penas en un 86 % de los
delitos, y expresó que el código será festejado en las cárceles.
Finalizada la charla el diputado del Frente para la Victoria Nelson Silva
Alpa —curiosamente acompañado por militantes oficialistas locales que por
momentos intentaron desviar la exposición, de una manera que evidenció estar
preparada—, adicionó en defensa del código, argumentando que se agregarían
algunas figuras de delitos nuevos. Luego intentó referirse a que por casualidad
pasaba por Madariaga y no pudo continuar porque ello motivó la inmediata
respuesta de los vecinos.
Y otra vez la pregunta: ¿por qué no utilizar la energía en organizar otra
charla, si se quisiera que los vecinos escucharan las bondades del código? ¿O
por qué no proponer un debate, ya que contaban con un exponente para hacerlo?
En cambio deciden infiltrar, imponer, confundir... ¿Cuál es el objetivo?
Ausencias que explican
En el comienzo, los vecinos preguntaban, si se podrían volver a instalar
los puestos de vigiladores barriales y recuperar la línea telefónica 555911 que
se dio de baja cuando se fue Magrassi y registraba y grababa las llamadas de
emergencia. Y se planteaban algo tan importante como volver a formar parte de
la comisión de seguridad en el Concejo Deliberante, y no había nadie que
respondiera.
Las ausencias de funcionarios son vacíos sin respuesta, no solo en
reuniones comunitarias llevadas a cabo por vecinos comprometidos sino cuando
suceden los hechos. El reciente robo a la carnicería “Gino”, según relata
preocupada Carla, una de sus dueños, les quitó mucho más que dinero a ella y su
esposo, porque les quedó la sensación de desprotección, y lo más terrible: la
ausencia de aquellos que fueron elegidos para estar presentes.
Ante el momento de crisis, ese sábado, las autoridades le sugirieron que
visitara la Oficina de Asistencia a la Víctima, que la atendería el martes y el
jueves. ¡Cuantos días después! Ellos son personas trabajadoras, que luchan cada
día por mantener un negocio. Carla y su marido trabajaron sin descanso para
juntar peso por peso lo necesario para llevar adelante su comercio, y de
repente un delincuente, que ellos saben quién es, les quitó toda esa parte de
su vida. El dinero volverá algún día, porque son personas trabajadoras,
luchadoras. Lo material se recupera, pero el tiempo y el sacrificio que les
robaron, ¿quién se los devolverá? ¿Y la tranquilidad? Sin embargo,
individualizado, aquel que les robó, tiene más derechos que ellos y sigue en
libertad. En tanto los que tienen la responsabilidad gastan su tiempo en
planificar infructuosamente el fracaso de una reunión entre vecinos
preocupados, muchos de ellos víctimas, como Carla y su esposo.
Los vecinos están solos
Durante la semana, el Dr. Julio Torrada, hábil analista, cuestionó en
varios programas de radio al gobierno local que, según él, en lugar de atender
los reclamos de los vecinos que se congregaron, permitió a los militantes el
intento infructuoso e inútil de perturbar la reunión y tuvo expresiones muy
duras para con la representante de la Oficina de Asistencia a la Víctima.
Lo que aquí queda claro es que hay una metodología que la sociedad ya no
acepta, pero que sobre todas las cosas deja en evidencia la soledad de los
ciudadanos a la hora de luchar contra el flagelo de la inseguridad. Resulta
curioso que se planeen reformas que parece que ignoraran la realidad.
Los enemigos no son aquellos que se reúnen demostrando no otra cosa que
un evidente compromiso ciudadano, sino los que motivan que ellos estén en ese
lugar.
El miedo y la frustración de Carla son la muestra más clara de en qué nos
intentan convertir todos aquellos que nos roban o los que amparan.
No debemos caer en esa trampa, tenemos que negarnos a perder la esperanza
y sostenernos mutuamente; porque de uno en uno somos vulnerables.
Planificar políticas con inteligencia, participar y ser solidarios, son
las claves para que el bien se imponga sobre el mal.
Lleguemos a un acuerdo para no perder la alegría de vivir y tendremos la
herramienta más eficaz para sostener la esperanza.
No bajemos los brazos, necesitamos volver a creer, la fuerza está en cada
uno y en entender que cuando nos unimos todo comienza a cambiar.
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