sábado, noviembre 01, 2014

Una oposición que ponga límites

(Cristian Olivera | Para diario Tribuna | 11/07/2014) -  La reciente denuncia penal de los concejales del Frente Renovador al intendente Popovich por presunto incumplimiento en los deberes de funcionario público con relación al caso de adulteración de un expediente del ejecutivo, es tal vez el único viso de seriedad en un problema que produjo un delicado momento de tensión institucional. Mucho se dijo desde que “el ladrón ve a los demás de su condición” hasta que el “Cuerpo de Concejales está integrado por estafadores”. Probablemente se termina por donde debería haber comenzado, porque si es verdad que el Intendente detectó la falsificación de un documento público al recibirlo tras haberlo enviado al HCD, debió realizar la denuncia penal correspondiente en lugar de salir a los medios. Conociendo un delito está obligado por ley a recurrir a la justicia, de no hacerlo, incumple en su deber.
Sin embargo, tal acierto visto en el cúmulo de sucesos aparece como un hecho más, incluso deslucido ante tantas amenazas de denuncias, tantos gritos, tantas palabras ofensivas derrochadas en detrimento del otro, que solo colocaron sobre la mesa lo que la sociedad no quería: la pelea como resultado de la divergencia.
Hacen bien los concejales, van a la justicia y fundamentan su pedido. Si esto se hubiese hecho meses atrás se habrían ahorrado muchos momentos complicados.
En este punto cabe preguntarnos si los ediles que aprobaron el artículo 7 del decreto que declara “la responsabilidad del Concejal Carlos Esteban Santoro, por los hechos graves que dan cuenta los cargos acreditados por: Adulteración de Documento Público…” no estaban incurriendo en la misma falta hasta estas últimas presentaciones en la justicia. A raíz de esto el bloque del FpV se presentó en la Fiscalía.
Entonces es admisible también preguntarnos qué rol debe cumplir la oposición y si lo está cumpliendo.
Los opositores que tienen escaños están dotados de una obligación extra porque también en ellos el poder que les otorga el cargo les impone un ejercicio de responsabilidad. La impunidad de un gobierno también es consecuencia de una oposición anodina que no pudo o no supo instituirse como un organismo de control.
Está claro que la sociedad está cansada de confrontación, nadie pediría una oposición que confronte, todo lo contrario; pero sí una que sepa plantear las divergencias con fundamentos claros porque en ese planteo está el merecimiento o no del voto. No se trata de decir que todo lo que el gobierno hace está mal, sino de mostrar con toda claridad cuáles son los puntos en los que no se está de acuerdo y explicar qué caminos se recorrería para resolverlos. Si en aras de no disentir se resuelve no proponer, se comete un error casi tan trágico como el planteo de lo que diverge realizado desde los insultos y las descalificaciones. Es cuando no se tiene fundamentos que se recurre a la violencia, sea verbal o física.
Es necesario que todos conozcamos las políticas que implementarían los que desean conducirnos, en caso de acceder a los cargos aspirados.
Y este es un punto neurálgico en la coyuntura. Deben plantear con total claridad las cosas que harían distinto. La sociedad está cansada de la discusión, pero aún admite la divergencia y más aún, la exige, porque no coincide ni con las prácticas corruptas, ni con el autoritarismo, ni con las malas administraciones, ni con el equivocado manejo de las prioridades, ni con la falta de diálogo, ni mucho menos con la descalificación y las peleas. Es hasta indecoroso no disentir ante tales cosas. Encontrar el fundamento para expresar prolija y claramente el disenso es la clave y también una exigencia para opositores que aspiren a representar a los ciudadanos.
Por eso, el llamado a la justicia para resolver un grave problema institucional es tal vez el único momento de lucidez que tuvo la misma oposición que no supo detener la impunidad con que el Gobierno municipal se manejó durante estos tres años ni detectar las fallas en el ejercicio de la función. Un gobierno que amenazó en los medios con denunciar un delito, y terminó denunciado por no denunciarlo.
El electorado está esperando que quienes vienen a tomar el lugar de una administración que está sufriendo una acelerada descomposición de poder, encuentren la claridad a la hora de expresar qué es aquello que se debe cambiar y cómo lo harían si les toca gobernar. Es su deuda pendiente, la inevitable rendición de cuentas que deben dar antes del 2015.

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